El presente blog debe su origen a la idea de generar información relevante y seleccionada acerca de una temática muy contemporánea: La Integración e Inclusión Educacional. Según UNESCO, una educación inclusiva debe ser aquella que asegura el derecho a la educación a todos los miembros de la sociedad (niños, jóvenes y adultos) con el objeto de proporcionar participación (en ella) y asegurar igualdad de oportunidades, priorizando a aquellos que viven en discriminación o carencia. Para Latinoamérica, continente donde hallamos gran cantidad de problemáticas sociales significativas (pobreza extrema, alta población indígena, niños de la calle y/o trabajadores, hijos de migrantes ilegales que no pueden optar a educarse, portadores de VIH/SIDA, adolescentes embarazadas y niños con discapacidades), los mayores desafíos son que los niños puedan completar, adecuadamente, sus estudios básicos.
Este concepto de educación, nació en la Conferencia Mundial sobre Educación de Necesidades Especiales: Acceso y Calidad (Salamanca, 1994) cuyo principio fundamental es: "todas las escuelas deben acoger a todos los niños independientemente de sus condiciones personales, culturales o sociales; niños discapacitados y bien dotados, niños de la calle, de minorías étnicas, lingüísticas o culturales, de zonas desfavorecidas o marginales". Tal principio clama por un cambio estructural completo en los establecimientos educativos, así como también de sus profesionales, pues deben satisfacer las necesidades de la gran y heterogénea gama de estudiantes que tendrán que recibir (niños con o sin discapacidad).
De esta manera, podemos dar paso a una serie de implicancias partiendo de la premisa anterior, como determinar y afianzar un cambio radical en el pensamiento de cómo educar y a través de qué medios hacerlo (así como también cómo evaluar) en el contexto de inclusión, lo que, insoslayablemente, deberá generar políticas públicas y económicas con el apoyo integral de la sociedad.
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